sábado, 26 de septiembre de 2015
Ahora estoy muerto. Ohran Pamuk. Me llamo rojo, Ayozinapa
"Ahora estoy muerto, soy un cadáver en el fondo de un
pozo. Hace mucho que exhalé mi último suspiro y que mi corazón
se detuvo pero, exceptuando el miserable de mi asesino, nadie
sabe lo que me ha ocurrido. En cuanto a él, ese repugnante
villano, escuchó mi respiración y comprobó mi pulso para estar
bien seguro de que me había matado, luego me dio una patada en el costado, me llevó hasta el pozo, me alzó por encima del brocal y me dejó caer. Mi cráneo, que antes había roto con una piedra, se destrozó al caer al pozo, mi cara, mi frente y mis mejillas se fragmentaron hasta el punto de desaparecer; se me rompieron los huesos, mi boca se llenó de sangre."
"Mi única queja ahora no es que los dientes se me desprendan
en la boca sanguinolenta como garbanzos tostados, ni que mi cara esté aplastada hasta haber quedado irreconocible, ni que me encuentre atascado en el fondo de un pozo, sino que todavía se piense que sigo vivo. Mi alma torturada sufre sabiendo que mis seres queridos piensan continuamente en mí, que suponen que estoy ocupado en algún rincón de Estambul con cualquier asunto estúpido, o incluso que ando detrás de alguna mujer. ¡Que encuentren mi cadáver cuanto antes, que se me recen los responsos, que se celebre mi funeral y que me entierren ya! ¡Y lo más importante, que encuentren a mi asesino!
Quiero que sepáis que mientras no se encuentre a ese miserable
esperaré retorciéndome inquieto en mi tumba por más que me
entierren en la más suntuosa que exista y que os inocularé la
incredulidad a todos. ¡Encontrad a ese hijo de puta que me
asesinó y yo os contaré todo lo que hay en el otro mundo con
pelos y señales! "
Ohran Pamuk. Me llamo rojo
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