domingo, 28 de agosto de 2011

EL ASALTO A LEROY

, lo que le paralizo fue que una pistola indicaba que se metieran al consultorio, hablaba despacito, como no queriendo hacer ruido.

-¿Hay más gente?

Nadie contesto. Abrió la puerta y entro otro sicario flaco y más bajito, como de 150, con una escuadra plateada ¿Parecía 45?

-¡El dinero! ¿Dónde está el dinero?

El segundo sicario subió y bajo a Pancho y a Isabel del segundo piso, a todos los metió al consultorio: Martha, Guadalupe, Guille, Isabel Lucí, Pancho y Leroy.

-tu doctor dame le dinero ¿Dónde está el dinero? sabemos que aquí hay como 50 - le grito a Leroy lo jalo

-Ven para aquí.

Lo empujo al pasillo le puso sus manos en el pecho, reviso bien la cintura, el pantalón y los tobillos, se veía que sabía su trabajo ¿Seria Policía?

-ten mi cartera es lo único que tengo.

-¡llévatelo al baño y truénatelo!- Ordeno el segundo.

Golpeo a Leroy en el cuerpo, Con la palma de la mano, le dio un codazo en las costillas lo empujo al baño.

-¡híncate allí! ¡Mira! Si encuentro el dinero te voy a tronar.

Le puso una bolsa en la cabeza - ¡Pon tus manos en la espalda! – acerco la escuadra al parietal, para que la sintiera, para que entendiera que hablaba en serio.

-Maestro yo soy un asalariado, entre el viernes en la mañana no hubo consultas, no tengo más que lo que te di.

Corto cartucho, claramente escucho Leroy el sonido cuando jalan, crack, estaba paralizado… Ya sé, fingiré que lloro. Así se puso a llorar, al menos intento hacerlo, para que lo escuchara emitió sonido que indicaban que estaba llorando, hasta sintió sobre su cara lagrimas.

--No estés llorando ¡Cállate! le dio un golpe con el puño en la cabeza y como un martillo, otro en la espalda con la palma abierta ¿Indudablemente que si no era judicial, al menos había trabajado el eso?

-¿Qué hay arriba? Pregunto el sicario flaquito.

Entro el tercer sicario, mientras los dos primeros subían a Leroy al segundo piso, con golpes y empujones llegaron a la cocina, donde lo arrodillaron, fingió llorar de nuevo en respuesta recibió otros golpes. Tiraron todo, se metieron al laboratorio, en el pasillo vieron la puerta de metal del departamento de Leroy.

-¿Dónde está el dinero? ¿Dónde está el dinero?

-¿Qué hay allí? ¿Qué es ese cuartito?

Por el celular le dijeron algo al sicario flaquito, le quito la bata a Leroy, se la puso y bajo.

-¡E ya valió madre! Arrodíllate ¡No me mires!

Algo había pasado abajo; él sicario flaquito vestido de bata, llego con Lucy le dijo que despidiera al que quería consulta, la metió al cubículo apuntándole.

-¿vengo a curación? Dijo el paciente.

-No lo pueden atender, están en una cirugía menciono con mucha calma Lucí. Quien sabe de dónde saco tanta serenidad.

-Bueno lo vamos a esperar- hizo un movimiento de querer sentarse.

-No mejor regrese mañana se va tardar como 3 horas

-¡Vengo desde Chalco! Dijo enojado el paciente, en fin le dice al doctor que regreso el lunes.

El sicario satisfecho regresó a Lucí al baño, de nuevo con el tercer sicario cuidándolos.

Mientras el sicario gordo coloco a Leroy de rodillas, le puso una caja de cartón en la cabeza, le decía que no lo mirara.

-¿Dónde está el dinero? ¡No me mires! ¿Conoces a la banda? –Preguntó el sicario gordo- espero respuesta.

Por la cabeza de Leroy paso rápidamente una pregunta ¿Sera miembro de un la familia? ¿La mano con ojos?

No… Ellos jamás preguntarían eso ¿deben ser Judiciales? Parecía que estaba interrogando a un detenido en los separos.

-Si a todos.

-¿A cuales?

Leroy no recordaba el nombre de ninguno, pero le vino a su mente dos.

-El máster y el Diego.

No dijo nada, escucho algo por el celular y le dio un golpe en la cabeza y una patada en la pierna.

-maestro; no ganas nada con maltratarme, soy un asalariado si quieres vamos a mi cuarto abajo.

-¿Qué coche tienes?

-un tsuru

-no me digas chingaderas, el chevy gris que está afuera es tuyo.

Le dio otra patada y un golpe en la espalda, saco su pistola y se la puso en el parietal derecho.

-“ora” si te llevo la chingada por mentiroso.

-corto cartucho –crack- le puso la pistola por enésima ocasión, jalo de nuevo –Crack- le saltaron tres balas, ¿no sabía manejar bien la pistola? ¿Luego por eso se disparan a lo loco? nerviosos las recogió del suelo, una a una hasta juntar las 3 doradas balas.

-Para que veas que no estoy jugando, que tengo balas.

Se veía que no era experto en pistolas, al segundo corte de cartucho las balas salieron, cuando había cargado de nuevo el arma, llego el sicario flaco, se puso enfrente del departamento y dio 3 patadas. Rompió la chapa, entro, revoloteo todo, tiro cajones, rompió cables, el circuito cerrado de televisión lo rompió.

-quítate lo zapatos guey- dijo el sicario gordo.

Se quito los zapatos, coloco a Leroy sobre la cama, luego lo arrodillo.

Pon las manos juntas, con un cable le dio varias vueltas a las manos juntas, luego paso le cable entre las manos e hizo un nudo.

Le puso una bolsa en la cabeza y le apunto de nuevo con la pistola, quédate allí, levanto el colchón y se lo aventó en la espalda, salió.

Leroy escucho algunos ruidos, las pisadas de los sicarios al salir, se quito la bolsa, mordió el cable, corrió a la escalera, escucho como azotaba la puerta, regreso a la ventana y vio como se alejaban los cinco, rumbo al tianguis, bajo y toco en el baño donde estaba el personal aterrorizado, lleno de pánico. Salieron como cuando un ratoncito sale del hoyo mirando a todos lados.

Después de ver que todo estaba bien busco algunos conocidos. Y llamo a su esposa, luego a la policía.

Habían pasado 45 minutos de horror, nunca supo que tan cerca estuvo de la muerte, de recibir un balazo por unos cuantos pesos, por mentiroso. Lo que sucedió después es cosa de risa, en el ministerio público, lo tuvieron esperando hasta las 22 horas para tomar su declaración, pero como se había caído el sistema, le dijeron que regresara a las 22 horas, luego para el domingo a las 7 de la mañana, llego antes, todavía seguía el sistema mal, regrese el martes a las 10 horas, esa es la justicia expedita que nos ofrece el estado mexicano, ni modo; Leroy no es poeta, entrenador de nadadores, ni millonario que vende aparatos deportivos, no tiene para poner un anuncio en las calles para que le hagan justicia, es simplemente un superviviente de la guerra contra el mal.

2 comentarios:

Chanokkk dijo...

Muy mal pedo... Pobre mi país y todos los que en el vivimos...

Nino Trejo dijo...

Que cosas... ya no sé que es más grave, si el asalto y susto, o el actuar de las autoridades, soy reportero de Neza, podría publicar tu caso??? mi mail es ninotrejo@gmail.com