martes, 13 de diciembre de 2011

LEONID NIKOLÁIEVICH ANDRÉIEV

Por Roberto Monforte Dupret

Biografía

Leonid Andréiev nació el 9 de agosto de 1871 en la ciudad de Oriol, en el seno de una familia de funcionarios. A los seis años aprendió a leer y desde ese momento leyó todo aquello que caía en sus manos. En general, Andréiev tuvo una juventud difícil desde el punto de vista material, que se vio agravada, además, por el alcoholismo de su padre. A los 11 años ingresó en el instituto de Oriol que terminó cuando contaba con 20 años. Desde su más tierna infancia sintió una irrefrenable atracción hacia la pintura, arte que desarrolló de forma autodidacta, pues en su ciudad natal no había ni escuela ni profesores que pudieran enseñarle. A pesar de que Andréiev siempre juzgó con gran severidad crítica sus trabajos pictóricos, sus cuadros fueron expuestos en diversas muestras junto a trabajos de auténticos pintores profesionales e incluso se reprodujeron en algunas revistas. A juzgar por cómo se desarrollaba su juventud, Andréiev, desde luego, no contaba con convertirse en escritor.

A los 26 años, y tras acabar Derecho en la Universidad de Moscú, Andréiev comenzó a trabajar como apoderado judicial, actividad a la que se entregó con dedicación, pero que acabó dejando aparcada cuando recibió la propuesta de un abogado conocido suyo para convertirse en periodista judicial del periódico El noticiero de Moscú. Tras ser reconocido como reportero de gran talento y valía, comenzó a trabajar para el periódico El mensajero. Fue por entonces cuando nació el Andréiev escritor. Redactó gran cantidad de reportajes, folletines y bosquejos. Su primer relato, Bargamot y Garaska (1898) fue publicado en El mensajero y atrajo la atención de muchos lectores, llegando incluso a impresionar al mismo Gorki.

El argumento de muchas de sus obras de este periodo su entre 1889 y 1899 aparecen nuevos cuentos de L. Andréiev, entre ellos El gran capote naipesco y Angelito, los cuales se caracterizan, a diferencia de los primeros, cuentos (basados en hechos vitales), por el interés del autor hacia la fatídica casualidad y eventualidad en la vida del hombre, así como por el tema de la muerte y la demencia.

Estas preocupaciones también aparecerán en otras obras de principios de siglo como Pensamiento (1902) La vida de Vasili Fiveiski (1903) y Fantasmas (1904). En 1901, la editorial de San Petersburgo Znanie, encabezada por Gorki, publica un tomo de Cuentos de L. Andréiev entre los que se encuentra uno de sus cuentos más famosos, Había una vez. El éxito del escritor fue extraordinario, especialmente entre la juventud. A Andréiev le preocupaba la creciente enajenación y soledad del hombre contemporáneo, así como su falta de espiritualidad, tal y como se refleja en obras como La ciudad (1902), El gran capote naipesco (1899). En 1904,. Estallido de la Guerra Ruso-japonesa, Andréiev escribe su relato La risa roja, que dio comienzo a una nueva etapa en su producción literaria. La locura y el miedo de la guerra, expresada simbólicamente en la imagen de una risa roja, que empezaba a reinar en el mundo, se convertirán en el eje central sobre el que girara esta

Obra. Durante la revolución de 1905, Andréiev ofreció su ayuda a los revolucionarios por lo que fue arrestado y encarcelado. A pesar de ello, Andréiev nunca fue un revolucionario convencido y sus dudas sobre la Revolución Socialista y el futuro que le esperaba a Rusia quedaron bien patente en su obra de teatro ¡SOS, ayuda! o en sus

Relatos Así fue, Las tinieblas, llenos de escepticismo hacia las verdaderas posibilidades de la Revolución Socialista.

Entre 1907-1910 fueron publicados obras de carácter modernista como Savva, Las tinieblas, El rey hambre, Judas Iscariote y dramas filosóficos como La vida del hombre, Máscaras negras, Anatema que ya marcan muy claramente el desplazamiento de Andréiev hacia un simbolismo individualista y decadente. Durante estos años Andréiev comienza a colaborar activamente con los almanaques modernistas de la editorial Escaramujo. Muy famosa fue su obra El relato de los siete ahorcados (1908), novela que protesta contra la represión de la que fueron víctimas los participantes en la revolución de 1905. Tras su única novela Sashka Zheguliov (1911), muy criticada por Gorki, Andréiev, uno de los principales autores del decadentismo ruso,

Entró en las letras reenumerar, a modo de ejemplo: Bargam ,observamos cómo se da una tendencia hacia un simev no publicó nada digno de ser reseñado, a excepción, quizás, de Apuntes de

Satán, obra escrita como otras muchas bajo la influencia de los acontecimientos de la I Guerra Mundial y la Revolución Bolchevique. Andréiev no reconoció, ni apoyó la Revolución de octubre y durante sus últimos años de vida residió en un dacha en Finlandia, país que tras la revolución pasó a ser un estado independiente. Andréiev murió el 12 de de septiembre en la aldea de finlandesa de Neivola.

Usos como continuador de Gorki y Chéjov con unos relatos todavía escritos en clave realista y llenos de humanismo y sentimentalismo.

Entre sus primeros relatos (1898-1903) podemos y Garaska, La vida del Capitán Kabuki, Juventud, Los primeros honorarios, Sobre el río El abismo, En la niebla, La mentira, La ciudad, El silencio, etc. Estos relatos se caracterizan por estar protagonizados, tal como hizo Gorki en su tiempo, por personas miserables (ladrones, prostitutas, vagabundos) y por su agudo contraste entre la necesidad intrínseca del hombre de comprensión y simpatía, y la indiferencia e indiferencia de la sociedad. En posteriores relatos de Andréiev, bolismo individualista, decadente y fatalista. En sus obras hay una fuerte atracción por lo paradójico, metafísico, así como una profusa utilización de alegorías sobre la muerte, los misterios del universo, el destino del hombre, la lucha del bien y del mal, etc. Este cambio argumental y estético de Andréiev, coincide con la tendencia que experimenta su obra hacia un estilo expresionista, caracterizado, sobre todo, por los análisis psico-patológicos y las abstracciones filosóficas. Quizás sea La risa roja (1904), dedicada a las atrocidades de la Guerra Rusojaponesa, la obra más característica de esta época. Otras obras importantes de este período fueron La vida de Vasili Fiveiski (1903) donde narra la rebelión prometeica de un pope; el Gobernador (1906), que relata el miedo de un gobernador ante su inminente muerte en un atentado terrorista; Judas Iscariote, donde el autor ruso se remite a la historia bíblica de la traición a Jesús de Judas para presentar su concepción personal del bien y el mal, encarnado este último en la figura de Judas, a quien Andréiev, a pesar de todo, dota de algún rasgo de bondad; El relato de los siete ahorcados (1908), alegato contra la pena de muerte; Las tinieblas (1907), Lázaro o Sashka Zheguliov (1911). Otro rasgo de la obra de Andréiev es su carácter contradictorio, pues tan pronto nos enc presión política y social que siguiere andonara por completo el realismo que carácter el arte dramático con A las estrellas (1905), que se revela como una medida la corre uniendo esta línea se encuentran otros dramas como Las máscaras negras, Anatemlismo y el simbol encontramos en su creación literaria con relatos (La marsellesa, 1903) o dramas (A as estrella) muy al gusto de los marxista socialdemócratas, donde se consideraba la Revolución desde su vertiente positiva, como con obras (Las tinieblas, Savva o ¡SOS, ayuda!) en los que se critica toda actividad revolucionaria.

Tras la fallida revolución de 1905 y los años de donde a ésta, Andréiev alternó su producción narrativa con la dramatúrgica. En las obras de este periodo, Andréiev se esforzó en expresar el pesimismo de una sociedad frustrada en sus esperanzas, para lo que se adentró en el lado más sombrío del hombre, en sus tendencias místicas y religiosas, e intentó desentrañar, en muchas ocasiones de forma alegórica, la tensión, esperanzas, tormentos y aspiraciones morales que formaban la realidad rusa de principios del siglo XX.

Esto no supuso que Andréiev ab rizó sus obras literarias más tempranas, sino que asistimos a un proceso de fusión de elementos realistas con simbólicos y alegóricos en proporciones variables según la obra que tratemos. Normalmente el teatro que produjo Andréiev de 1905 a 1910 destaca por su carga alegórica y simbolista, a partir de esa fecha parece que el escritor ruso retoma el drama realista.

Andréiev debuta en canto a la revolución. A esta pieza siguió Savva (1906), quizás el drama donde mejor se representa la compleja personalidad artística e ideológica de autor. Esta obra es especialmente atractiva porque en ella se mezclan la personalidad realista e individualista de sus personajes con conceptos abstractos y universales. Esta corriente alegórica en la producción teatral de Andréiev tendrá su máximo exponente en la obra La vida del hombre (1907), un drama sobre la falsedad del mundo y la vanidad del

Deseo humano, donde el autor pone en escena a personajes alegóricos (el Hombre, la Madre, el Cónyuge), caracterizados por ser concepciones abstractas y universales.

En el drama El rey hambre se ve como el autor ruso abandona en cierta miente simbolista que venía practicando para acercarse más el realismo, rasgo perfectamente observable en el retrato tanto de las clases dirigentes como de las masas

Populares, representadas ambas con detalles realistas, pero a través de símbolos y alegorías. (1909), Anisa (1909), El océano (1911), El profesor Storitsin (1912), Katerina Ivanovna (1912), El pensamiento (1914) y El que recibe las bofetadas. De todos ellos, quizás, El profesor Storitsin y El océano, sean los dramas de corte más realista. Durante la Primera Guerra Mundial, Andréiev también escribió propaganda antialemana muy violenta, como la obra de teatro El rey, la ley y la libertad. En general la obra de Andréiev siempre estuvo a caballo entre el realismo. Su literatura descollaba por un pesimismo a lo Nietzsche y Schopenhauer, el caos, la contradicción, lo metafísico y lo simbólico. La muerte, la soledad, el miedo y la locura son los temas sobre los que se vertebra su creación literaria, siempre ostentosa, fatalista y pretenciosa.

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